REFORMA
La baja productividad y los altos niveles de corrupción en Latinoamérica son los principales frenos para la inversión en la región, señaló Valentín Carril, economista en jefe de Principal.
Aunque la actual preocupación para los inversionistas a nivel mundial es el rumbo que tomará el comercio exterior, mejorar la productividad de la región latinoamericana es un reto que de lograrse significaría importantes avances para estas economías.
“La principal limitación siempre ha sido, a pesar de que casi no se dice, la poca productividad de los trabajadores”, dijo en entrevista Carril.
Para países como México y Chile, incrementar su productividad de 40 a 60 por ciento podría representar un incremento de 50 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), estimó el especialista.
Según dijo, los países que han logrado pasar de una productividad muy baja a un nivel cercano a 40 por ciento, si se toma que la productividad de Estados Unidos como 100 por ciento, suelen quedarse atrapados en este nivel, con excepción de economías asiáticas como Corea del Sur.
Esto, para los inversionistas extranjeros en una gran oportunidad que buscan aprovechar a través de la transmisión de mejores prácticas internacionales a sus subsidiarias o unidades económicas en Latinoamérica.
Lo que buscan las empresas internacionales, explicó, es apoyar para que estas economías logren avances en su productividad, lo que trae beneficios a su negocio.
En tanto que la corrupción y violencia interfieren directamente en la forma en que se realizan los negocios.